Con las Nanas de la Cebolla abro un nuevo apartado musical y "culinario". Un poema que compuso Miguel Hernández estando en la cárcel en respuesta a la carta que le envía su mujer mencionando que sólo tenían pan y cebolla para comer.
Mi querida Josefina:
Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor a cebolla que comes me llega hasta aquí y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando estas coplillas que he hecho, ya que para mí no hay otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme.
Poema musicalizado por uno de los más grandes cantautores en lengua española.