TORRE PACHECO, OCTUBRE, 1997
"¡No hay que alarmarse por el
título, queridos lectores! Casi todos mis amigos y conocidos saben que me voy a
referir a la tasca o bodega de Maravillas, local que ya no abre sus puertas y
que pronto, muy pronto, desaparecerá demolido por la “pala” para dar paso a un
edificio de nueva construcción. El progreso, inexorable y hasta cruel muchas
veces, se impone, y yo quiero dejar constancia escrita para el presente y para
el futuro de estas cosas que constituyen algo importante en el ambiente y
costumbres de nuestra Villa.
Allí estuvo instalado el Banco
del Herrador del tío Aquilino, del que dejé constancia y noticia en otro
artículo inserto anteriormente en este periódico, pues bien, el edificio pasó
después a ser propiedad, en los años 1929-1930, del matrimonio formado por José
García Martínez, “Pepe el Palomito” y
Dolores García López, con quienes vivía su sobrina Isabel Martínez García. Allí
abrieron posada y hospedaje donde se alojaban viajeros y transeúntes que llegaban
a nuestro pueblo, atendiéndolos cordial y familiarmente, facilitándoles también
cobijo a sus caballerías y vehículos.
Alguna que otra vez solían
visitar el pueblo pequeños grupos circenses que improvisaban sus actuaciones en
la misma posada, anunciando previamente con animados pasacalles la función.
Asiduos huéspedes de la posada
eran: “El Primo”, tratante de ganados, Juana “La Huertana”, que traía
hortalizas semanales desde Murcia, El Sr. “Pupo”, nombre con que se conocía a un
músico que daba conciertos con un armónium portátil; los célebres payasos
“Regaeras” y “Robapavos”…¡Eran otros tiempos!.
Pasados unos años Isabel
contrajo matrimonio con Francisco Celdrán Ros (Paco “Maravillas”), quienes
instalaron en parte del local una bodega-bar muy bien abastecida, que fue
acreditándose, adquiriendo fama ante propios y extraños por las extraordinarias
y excelentes paellas que cocinaban la Sra. Dolores y su sobrina, después de
fallecer ellos la regentarían sus hijas.
En este periódico recordamos
como asiduos visitantes a personas ya fallecidas como Antonio Conesa, “El
Ministro”, y Antonio Garrido, y también a Don Víctor Pérez, grandes amigos de
“Maravillas”; Don Víctor, en sus frecuentes vendimias al pueblo desde Madrid,
donde desempeñaba un cargo como funcionario del Estado, le gustaba jugar
partidas de bolos y compartir tertulias con todos ellos llenas de simpatía y
graciosa picardía. Don Víctor era persona muy culta y de mucho “mundo” y buenas
amistades en la capital de la Nación. Voy a narrar un gracioso pasaje
relacionado con Antonio Conesa.
Se encontraba Don Víctor en Granada con motivo de la feria y fiestas del Corpus y compró allí unas caballerías destinadas a su finca de “Los Barracones” cerca de El Algar, enviándolas por ferrocarril a nuestro pueblo, con el fin de que saliera a por ellas Antonio le puso el siguiente telegrama: “Para el Ministro – Torre Pacheco. Envía caballerías por tren. Sal a recibirlas estación”. En la central telegráfica de Granada no querían admitirle el “parte”, dados los tiempos que corrían, teniendo que convencerlos para ellos, la misiva fue cursada y el telegrama entregado a Antonio Conesa en casa Maravillas, llegando las mulas a su destino.
Se encontraba Don Víctor en Granada con motivo de la feria y fiestas del Corpus y compró allí unas caballerías destinadas a su finca de “Los Barracones” cerca de El Algar, enviándolas por ferrocarril a nuestro pueblo, con el fin de que saliera a por ellas Antonio le puso el siguiente telegrama: “Para el Ministro – Torre Pacheco. Envía caballerías por tren. Sal a recibirlas estación”. En la central telegráfica de Granada no querían admitirle el “parte”, dados los tiempos que corrían, teniendo que convencerlos para ellos, la misiva fue cursada y el telegrama entregado a Antonio Conesa en casa Maravillas, llegando las mulas a su destino.
Ya en plena democracia,
regentaban el local las hijas y nietos de Paco, sobre todo Isabelita. Era
centro de reunión para tomar el aperitivo y muchas veces se contaban hechos
políticos y se exponían opiniones por los clientes de ideologías diferentes,
pero siempre comportándose con estricta educación y respeto. Por esta razón y
motivo, y por el ingenio y espontaneidad populares fue “bautizado” el
establecimiento con el nombre de “La Moncloa”.
Más de una vez fue visitada la
“tasca” por distinguidas personalidades de la vida política regional
acompañados por correligionarios y amigos de la localidad atraídos por la
símpatica curiosidad del nombre y para conocer su ambiente popular y
dicharachero, al mismo tiempo que para relacionarse con toda naturalidad, con
los asiduos y cotidianos clientes o, quizá, para conseguir prosélitos.
Casi todos los días venían por
allí Pepe Méndez “El Pescao”, ya jubilado de su destino de Cabo de la Policía
Local; el “Moreno” Bastida; el maestro talabartero Salvador “El Seco” y, otros
muchos que sin lugar a dudas, hemos encontrado un profundo y hondo vacío con el
cierre y desaparición de la típica bodega.
Yo desde este periódico le envío
mi recuerdo:
Con nostálgica tristeza te
despido
¡Oh
bodega!
Fuiste
lugar de tertulias con amigos.
Allí,
libábamos tus “caldos” y “palomas”,
Alegrando
la vida, gastando bromas,
Y
así pasaba el tiempo en un momento.
Yo te envío este ADIOS con un lamento:
¡Se
nos fue para siempre LA MONCLOA!"
J. Ferrándiz, Cronista de la Villa
Años después, en el 2006, ya en el nuevo edificio construido, Honorio, nieto de Paco e Isabel y sobrino de Isabelita (mi hermano pequeño) abriría un nuevo local con nombre bar Honorio en el País de las Maravillas, donde te sirven desayunos, aperitivos, comidas, café y cenas, con muchas de las tapas de la antigua tasca y que pretendo ir recogiéndolas en este blog.
Terraza Honorio con la selección española.